Samsung termina por irse con las pantallas planas

Samsung está poseyendo unas enormes ventas del Galaxy S7 y S7 edge durante lo que va de año. Luego de los malos resultados del S6, Samsung reencaminó sus móviles, y volvió a la impenetrabilidad, acompañado con la vuelta de las tarjetas SD, ocupaciones que fueron agregadas en gama Galaxy S con el S5. Todo ello, junto a unos enormes acabados, ha dispuesto a que los nuevos S7 sean un éxito de ventas.

El año pasado, Samsung incluyó las pantallas curvadas con dos modelos curvos, el S6 edge y el S6 edge +. Eso hizo que el año pasado mostraran cuatro modelos, en vez de exhibir uno como hacían tradicionalmente. Este año se lo han empañado con más tranquilidad, y han disminuido la línea de la gama Galaxy S a tan sólo dos teléfonos; uno con pantalla plana de 5 pulgadas, y otro con pantalla curva de 5.5 pulgadas.

Según los últimos murmullos, el S7 pudiese ser el último Galaxy en tener una pantalla plana, logrando que todos los que salgan de allí en adelante posean una pantalla curva. La elaboración de ese tipo de teléfonos fue algo exigua cuando fue incluida en el S6, y al parecer se ha estabilizado para el S7 edge y el Note 7. Esa producción tan propicio le dejaría a Samsung crear sólo esos paneles de allí en adelante.

Eso haría que el Samsung Galaxy S8 lograse llegar en dos modelos, de 5 y 5.5 pulgadas como hoy en día, pero los dos con la pantalla curvada. Asimismo, esa tendencia parece propagarse a la gama Note, en la cual se vio la semana pasada como el nuevo Note 7 que muestra curvas en los bordes de sus pantallas, pese de no contar con “edge” en su nombre, lo cual pudiese señalar que se ajustaría la introducción de las pantallas curvas sin dicho sufijo.

 

Samsung Galaxy Note 7

Lo que terminaría por llevar a Samsung a tomar esa decisión, asimismo de haber obtenido una elaboración firme de este tipo de paneles en sus compañías, es que el S7 edge ha sido el teléfono mejor vendido de Samsung en la primera mitad de lo que va de año. Samsung mercantilizó 13.3 millones de unidades del S7 edge, frente a los 11.8 millones de Galaxy S7. Eso señala a que los consumidores, aparte de gustarle los teléfonos con pantallas grandes, asimismo son receptivos ante las pantallas curvas.

A mi opinión, luego de haber utilizado un Galaxy S6 edge, no me parece atractivo que el dedo se te ruede hasta el borde del teléfono, ya que se desaprovecha el agarre y éste se pudiese caer. En el caso de caerse, al haber más superficie de pantalla, ésta lograría romperse con más facilidad, no obstante gracias al nuevo Gorilla Glass 5 esto será menos probable.