No hace mucho tiempo Samsung ha refrescado la serie de teléfonos inteligentes «A». Los cambios han sido suficientes como para hablar de ellos. El diseño de los teléfonos inteligentes de Samsung en todo momento, deja indiferente a muy pocas personas. Con el Samsung Galaxy A5 las cosas han cambiado un poco.
Un diseño con clase, pero no llamativo, resultó gracias a una agradable combinación de vidrio y metal en la carcasa. No obstante, cada una de las caras refracta la luz. Especialmente el frontal y la pared posterior, ambos de vidrio con una graciosa curva en las caras laterales. Con respecto a este teléfono se podría mencionar su diseño de alta calidad.
Samsung Galaxy A5 presenta una combinación de funcionalidades a un precio asequible
Si continuamos desarrollando el tema del cuerpo, no podemos evitar observar el tradicional botón Inicio. Esta vez, combinado con un lector de huellas, que es lo suficientemente rápido, pero que no siempre ajusta de inmediato.
El teléfono cuenta con cámara, por supuesto, dos. Ambas ahora de 16 megapíxeles y con una apertura máxima de f / 1,9. Las imágenes de la cámara principal sientan muy bien. De hecho, el gigante coreano es conocido por sus cámaras en los teléfonos inteligentes. En la luz, ofrece imágenes muy claras y fuertes, pero con poca iluminación la cámara puede empezar a cometer errores.
El rendimiento proviene de un procesador Exynos 7880 funcionando a 1,9 GHz y con gráficos Mali T-860 a 700 MHz. Con un hardware de alto rendimiento y 3 GB de memoria RAM proporciona más de lo suficiente para la mayoría de las aplicaciones, incluso los mejores juegos. La prueba de referencia AnTuTu, sitúa al Samsung Galaxy A5 alrededor de 60.000 puntos.
En resumen, es necesario volver a examinar el teléfono y tener en cuenta la forma en la que los diseñadores de Samsung han intentado venderlo. No es nada nuevo, ya que el vidrio y el metal no sólo se utilizan en los teléfonos inteligentes. Pero aun así, esto es casi una combinación de ganancia para todos, buenas funcionalidades a buen precio.
